Hay momentos en la vida en los que la situación personal parece tan difícil que uno piensa que no puede seguir solo. Hay situaciones que exigen a uno al límite, ya es una mera ayuda, puedes comunicarse.

La terapia analítica individual es una forma de recuperar la esperanza, de pensar libremente, de actuar con mayor libertad y de hacer frente a experiencias dolorosas. La terapia psicoanalítica individual es el recorrido de un nuevo camino, al comienzo bajo el abrigo de la relación con un terapeuta. En el trabajo intensivo de un año o más, apoyado por el terapeuta, las viejas heridas también pueden ser visitadas y, si es posible, cerradas. Más allá de las crisis cotidianas actuales, se puede aspirar a una reorientación estructural de la forma en que la persona procesa las experiencias pasadas y/o actuales, como tambíen la forma de actuar e interactuar en el mundo cotidiano actual.

El punto central para la posibilidad de cambios profundos en la estructura de la personalidad es la relación con el terapeuta. En ella se repite la historia anterior de relaciones y sufrimientos, pero también es posible encontrar, probar y consolidar nuevas posibilidades de relación.

Por lo tanto, es importante que el paciente y el terapeuta encajen. Uno no debe hacer terapia con un terapeuta que sea espontánea y consistentemente desagradable para uno. Para aclarar esto, hay al menos 4 sesiones probatorias antes del inicio de cada terapia.

La terapia analítica individual, como ya ha desarrollado Freud, puede tener lugar en el sofá, sentados uno frente al otro, y con algunos pacientes incluso caminando.

Mientras que al principio del desarrollo de la psicoterapia analítica (psicoanálisis), el terapeuta intentaba comportarse neutralmente como un espejo, hoy sabemos que el cambio sólo se produce en el aquí y ahora de la relación entre paciente y terapeuta y terapeuta y paciente. Dependiendo de la extensión del trastorno de personalidad, un terapeuta competente también podrá estar disponible para el paciente como una persona real y posiblemente también proporcionarle apoyo y protección durante un cierto período de tiempo al principio.

El objetivo es construir juntos una alianza de trabajo, una relación de confianza, que permita mirar la historia de vida vivida y a menudo también sufrida, desarrollar un sentimiento de hasta qué punto el paciente todavía vive bajo la influencia o incluso el poder de las relaciones pasadas, apoyarse a sí mismo, y ser capaz de vivir su vida en el aquí y ahora, libre de los grilletes de su pasado. Descubrir quién soy realmente y qué es lo que quiero son a menudo componentes importantes de una psicoterapia analítica exitosa.

Sin embargo, además de los conocimientos teóricos y de las técnicas, la componente más fuerte del trabajo terapéutico reside en el poder que surge de la relación con el terapeuta. La construcción de una relación terapéutica intensiva, es decir, una poderosa «alianza de trabajo» al servicio de la superación de crisis experimentadas, es el objetivo de la primera etapa de una psicoterapia analítica exitosa. Una relación con el analista libre del pasado y protegida y apoyada por el marco terapéutico ofrece posibilidades que el paciente puede utilizar de forma constructiva para sí mismo.

Al mismo tiempo, sin embargo, también es necesario aclarar durante las sesiones probatorias y comprobar continuamente durante el proceso terapéutico si el establecimiento de la terapia analítica individual es el procedimiento apropiado para esta persona en particular, o si una terapia analítica de grupo o una combinación de ambos procedimientos no sería más útil para él y le ofrecería más perspectivas de éxito. La terapia está ahí para el paciente, y no el paciente para la terapia.

El marco de tiempo de una psicoterapia analítica se mueve entre las 25 y 300 sesiones, según los problemas del paciente y el financiamiento por los fondos estatutarios.  

La psicoterapia analítica puede ayudar con

ansiedad, depresión, inquietudes, falta de voluntad para vivir, aislamiento interior, depresión, contacto repetitivo y dificultades en las relaciones, estados de tensión, por ejemplo, dolores de cabeza tensionales, trastornos del sueño, morderse las uñas, tics

limitaciones, es decir, pensamientos o acciones recurrentes que se experimentan como perturbadoras o absurdas,

comportamiento autoinfligido, pensamientos suicidas, comportamiento sorprendentemente agresivo, trastornos de la personalidad

Trastornos del aprendizaje y del trabajo, problemas sexuales,

comportamiento adictivo, por ejemplo, alcohol, medicación, drogas, adicción al juego, trastornos de alimentación como la anorexia, bulimia u obesidad

enfermedades físicas como el asma, la migraña o la neurodermatitis, en las que a menudo también intervienen factores mentales como desencadenantes.

La psicoterapia de la psicosis es una forma modificada de terapia analítica individual.

Puede ser muy útil después de un brote psicótico experimentado o/y en enfermedades del círculo de forma esquizofrénica y esquizoafectiva.

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